29/1/08

Magic el (re)encuentro

¡Qué facilidad tiene la muchachada de ahora para engancharse al mejor/peor (táchese lo que proceda o quédese con ambos) juego de cartas coleccionables de la historia! Como sabrán los viejos del lugar (sí, esta es otra charla de esas) antes, comprarse un mazo no era sinónimo de poder jugar con él. El primero que tuve traía una amalgama de bonitas cartas multicolores pero era injugable. Tenías que empezar a especializarte en algún color/colores en concreto y eso se conseguía: A - Comprando más cartas (que listo fue siempre Richard Ca$hfield), B - Cambiándolas con alguién más pardillo que tú (muy difícil en mi caso) o C - Robándolas. No he visto un JCC tan inaccesible para el principiante, teniendo en cuenta que cualquier starter siempre trae lo mínimo para poder echar una partidita.

Y eso no lo ha resuelto Magic hasta hace relativamente poco. Por eso aplaudo (y me dejo los cuartos) en packs como éste. No quiero saquear el bolso de mi madre sin que lo sepa para mejorar mi mazo. Tampoco quiero renunciar a tener vida social. ¡No quiero ir a torneos ni comprarme la Urza (¿sigue existiendo?)! Lo único que quería era un par de mazos "para no tocarlos", que estén equilibrados, para jugar uno contra el otro y ya. Misión cumplida.
...peeeeero... ya me estoy picando. Me he marcado un ferreo control interno para no tener que terminar pidiéndo en el metro o poniendo publicidad porno en el blog porque necesito un Mox. Y aún así, en una de mis incursiones a los bajos fondos de mis tiendas habituales, esas que me proveen de juegos antiguos que nadie quiere a precio de saldo, encontré algo que llevaba buscando mucho tiempo. Ediciones especiales de mazos preconstruidos de campeones del mundo. Unos cuantos del 2002/2003 que no fueron muy bien recibidos en su día porque, al ser el reverso de la carta distinto y el reborde dorado, son cartas que están prohibidas en campeonatos. También están prohibidas por gente estirada que se negaría a jugar contigo por tenerlas. ¿Y a mí qué? Me compré un par, los probé y decidí ir a por el otro par que quedaba porque son buenísimos. Sin ninguna prisa porque no se los va a llevar nadie que no sea yo.

Vuelvo a la semana siguiente a la tienda y no veo al dueño. ¡Ouch! (sólo él y yo sabemos donde están los mazos y además, me hizo precio especial por quitárselos de encima). En su lugar estaba una señora de unos 60 años fregando el suelo. Me disculpo por pisar donde no debo y acto seguido me dice, señalándome el Super Munchkin, que si he probado ese juego, que es muy bueno y que lo acaban de traer. Le digo que ya lo tengo (lo tengo en inglés y lo lamento: la edición española que ha sacado Edge recientemente es más bonita) y que quiero una cosa que debe estar escondida en la estantería. Le indico pacientemente las cajas que tiene que quitar y a partir de aquí la cosa se vuelve un poco surrealista.

"Ah, esas cartas. ¿Así que eres de Magic?" Y la entrañable abuelilla me empieza a sorprender con sus conocimientos. Me saca revistas que no había visto nunca, carpetas con cartas, mazos de ediciones antiguas, expansiones... Yo no quería comprar nada más que un mazo de esos que os he dicho antes e irme a casa. Pero sigue hablando y hablando. No me incomoda para nada. ¡Sabe muchísimo! Me dice incluso que la gente que se gasta mucho dinero en las cartas no está bien de la cabeza, que ahora es mucho más barato. Y el detonante. Me saca unas cajas de las últimas expansiones en inglés, que tienen rebajadísimas porque como van a salir en español luego no las venden (¿queréis tener una buena selección de juegos de mesa? mirad en vuestra tienda habitual los saldos de juegos en inglés que han salido en castellano) y, suelta LA frase:

"¿A qué colores vas tú, hijo?"

"Ehm... verde y rojo"

"Pues mira, lo mejor es esto porque blablabla..."


Salí de la tienda, sintiéndome un tanto idiota, con un mazo de Morningtide que no tenía pensado comprar. De todas formas, ¿cuantas veces una abuelilla te habla de conjuros y criaturas? ... me estoy enganchando de nuevo. ¡Socorro!

P.d: No se si habréis visto que he puesto un widget en la barra lateral de la página, con los juegos de mesa/cartas que tengo y los enlaces a sus fichas en BoardGameGeek. Si queréis que hable de alguno en particular, decídmelo, aunque a decir verdad no he probado ni la mitad de los que tengo.

10 comentarios:

  1. Vamos con las confesiones. Yo fui un coleccionista juvenil de cartas de magic (pronunciese como en las reuniones de ex alcoholicos).
    A pesar de ello, era por vicio. Solo he jugado dos partidas en mi vida. Por ello lo de especializarse en los colores me la sudaba un poco: Mi baraja era tricolor.

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  2. Como toda buena dorga dura, es imposible desengancharse. Yo creía haberlo conseguido hace tres años... y ahora me encuentro usando las Magic para hacer trabajos de la universidad sobre su sistema de colores. Así que cuidado con lo de empezar a ver las nuevas expansiones, que luego acabas comprando los sobres por cajas.

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  4. Yo creo que todos los aficionados a este tipo de cosas tenemos un gen defectuoso que provoca nuestra adicción, y deberíamos mantenernos alejados de las secciones más peligrosas de nuestras tiendas. Hace como un millón de años abandoné Magic en un acto de valor y dolor sin precedentes en mi vida de friki. Vendí mis mejores cartas y con la pasta me compré un hamster (Merlín, descanse en paz). Conservo un par de mazos (uno rojo y otro negro, rápidos, sencillos y muy hostiles) por mera nostalgia, pero jamás juego. Como soy la mar de listo ya no me gasto pasta en Magic. Ahora me fundo hasta el último euro en los putos juegos de mesa.

    Qué asco de gen defectuso.

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  5. En el cajón estuvieron, y ahi siguen estando. Yo intenté hacer de mi afición algo pasajero, ya que no me interesa mucho lo de competir ni tampoco lo de cambiar. Soy de lo peor, ni coleccionista ni jugador.

    Asi pasa, que tengo un taco de cartas que no quiero para nada, que me he enganchado a otros juegos con igual resultado y que continuo mi vicio con otro juego nuevo, como si parches de nicotina se tratase...

    Mi bolsillo ha visto atrocidades que os harian llorar... Y lo peor es que siempre pierdo, y sigo comprando, porque lo que intento hacer son cosas nuevas en cada juego que pruebo, sin resultado, y cuando me acerco, nadie tiene las cartas que necesito XD.

    Si es que soy lo peor...

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  6. Pues no hace años ni nada que mis manos se posan en una carta de Magic. Aunque nunca compré: jugaba con una allegada con un par de mazos de la colección sobrante del hermano de ésta.

    Por cierto, (presuponiendo caer en la blasfemia), ¿alguien probó el juego de computadora? ¿Qué tal?

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  7. Con 14 años era uno de los mayores viciados a los mazos de Magic. Cada domingo me iba al rastro de Madrid a intercambiar cartas XDDD

    Yo salí de ese mundillo, pero como vuelvas a entrar, la adicció se apodera de ti nuevamente, y con estas edades casi que tenemos responsabilidades que antender.

    Un saludo!

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  8. A lo largo de los años muchos de mis amigos han caido en las malévolas redes de Magic. Sin embargo yo, cual galo, me he resistido a la tentación... y la verdad es que no me arrepiento xDD

    Pd: yo pido formalmente que hables del Monopoly y el Risk.

    Saludetes.

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  9. El juego de ordenador era un puto vicio. Tenía dos opciones, ir compitiendo a través del mundo de Urza y consiguiendo nuevas cartas con las que hacer tu baraja, o seleccionabas la tuya desde una base de datos que mostraba todas las cartas editadas hasta el momento del juego. Piques legendarios online nos hemos pagao, sin gastarnos un puto duro.

    PD: Yo quemé mis cartas de Magic en un arrebato anticapitalista. Ahora me compro ampliaciones para el juego de miniaturas de Dungeons & Dragons, que como todos saben son mucho más manejables.

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  10. Yo jugaba con 11 o 12 años, hasta que me robaron mi valiosísimo mazo justo en el momento en el que mis hormonas empezaban a florecer, y la verdad es que me quitaron un peso de encima. Como si se le aparece la Virgen a un yonki y le desintoxica por la gracia divina.

    Cuando entré a la facultad, alguna peña le daba a las Magic, y alguna que otra partida echaba. Pero el descubrimiento que me volvió a enganchar (de una manera completamente sana y gratuita) fue un programa que se llama Magic Workstation, que te permite jugar on-line por la patilla. No salen los dibujitos en las cartas, pero eso a mí me la sopla. Lo mejor del asunto es que hay una especie de movimiento por la red que se llama "Casual Magic", que se pasan por el forro de los cojones las normas de confección de mazos (que si tipo I, que si tipo II que si ponte tu ahora a mirarte las expansiones de los últimos 14 años porque la gente ve un Sol Ring y se asusta) y hacen mazos graciosos y curiosos, con combos extrañísimos resultado de juntar esa carta inútil en su día con otra más reciente que de pronto la hace útil, etc, etc.

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