Quizá tuviera otras actualizaciones pendientes para el día de hoy, pero ninguna tan interesante. Y es que Maese Higronauta, desde su retiro, me envia al correo otra aportación patria a la Gokuexploitation, Dragonballexploita... bah, como tengáis a bien llamarlo.

Podría imitar la particularidad léxica higronautica para haceros llegar el mensaje tal y como me ha sido transmitido. Más dudeo de mi capacidad para tal fin, voy simplemente a cortapegar parte del mismo para que pierda la menor efectividad posible.
Podría imitar la particularidad léxica higronautica para haceros llegar el mensaje tal y como me ha sido transmitido. Más dudeo de mi capacidad para tal fin, voy simplemente a cortapegar parte del mismo para que pierda la menor efectividad posible.
¿Ha oído usted hablar de esas simpares infantes que formaron un grupo de bello nombre Estefanía y las Gominas? ¿No? Pues ha de saber que estas cracks de la música celtibérica dedicaron un longplay (llámelo longplay, llámelo cassette de gasolinera) a Bola de Dragón Z (¿capta la sutileza de repartir el Mensaje Higronáutico haciendo uso de conexiones relativas - en este caso su post?) Eso sí, ya le digo que no espere las cumbres (o simas) de caspa del Son Goku Makinero (obvio) pues aquí se retorna a aquel clásico de "canciones de niños para niños". Eso sí, vaya canciones, oiga. Desde un tema para Bulma, otro para el Duende Tortuga o uno a Paco Cienmpiés (este personaje toriyamero lo desconozco).Así habló Higronauta. Y aquí tenéis el disco para uso y "disfrute". Decir que esta vez sí, se encuadra en lo que hemos entendido toda la vida como "disco para niños", con composiciones que hablan de la serie, y menos relleno del previsible. Es curioso el espectro que conforma(ba) el target potencial de este tipo de productos. Seguramente niños de la misma edad pincharan a sus padres para que les comprara el Son Goku Makinero y el que nos ocupa. Y las intenciones de ambos son diametralmente opuestas, éste es la infantilidad en grado sumo, el otro un pase a la pre-adolescencia. No hay que ser un lince para ver que formato es el que acabó imponiéndose, hasta el punto de, como dijimos el otro día, llegar a la situación actual: camuflar discos recopilatorios con los éxitos del momento como música para los chavales. Retrocedamos en el tiempo pues y reivindiquemos la inocencia de este otro subproducto:
Bola de Dragon Z
P.d: No estaría de más echarle un vistazo a este completo artículo que he encontrado, donde podremos descubrir a los compositores de algunas sintonías memorables cantadas en español. (Vía Keisoblog)
Si la memoria no me falla, debe ser uno de los últimos coletazos en cuestión de discos por y para infantes en nuestro territorio (no, María y sus pompones no se recogen dentro de esta categoría).
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo he estado investigando y no encuentro ninguna muestra posterior de este tipo (cassette gasolinero).
ResponderEliminarMil gracias por la aportación, amigo. Ahora contesto al correo porque la que podemos montar con lo que le he comentado, puede ser muy gorda.