Hace poco menos de un año elevé a Alfred Bester al altar de mis escritores favoritos tras verme atrapado entre las páginas de Las estrellas mi destino. No puedo hablar simplemente de que me gustara más o menos: la prosa de Bester, la claridad y originalidad a la hora de exponer sus ideas, el manejo de los personajes y de la acción y, sobre todo, la agilidad y contundencia que transmitía esta historia de venganza hicieron que mucho antes de terminarlo ya se hubiera convertido en mi libro favorito. Soy en gran parte una persona de absolutismos, disfruto especialmente cuando considero que algo es blanco o negro. Y la visceralidad en la narrativa de Bester encaja mucho con esa preferencia por la ausencia de grises.
El problema de esta tendencia obsesiva que tengo a obcecarme con lo que me gusta es que establecí, sin quererlo, un listón muy alto que no era superado. Es motivador buscar alguna experiencia que al menos pueda igualar a esta pero también un tanto frustrante ver que pasa el tiempo y autores y libros de renombre no te la proporcionan. Por eso es tan satisfactorio cuando ocurre.
Muero por dentro (Robert Silverberg, 1972) nos relata la angustia existencial de David Selig, telepata de nacimiento que poco a poco y sin explicación alguna está perdiendo su poder. Pese a que el mismo le ha incapacitado para la vida en sociedad su desaparición supone el fin de la percepción de la realidad tal y como la conoce. Y por tanto también el fin de sí mismo.
Todo lo que tiene que contar la historia ha quedado resumido en esas líneas. Creo que es un gran acierto que la narración se centre en las inquietudes de Selig porque nos pone en su misma posicion: estamos leyéndole la mente. Experimentamos lo que siente él al penetrar en los demás porque lo que encontramos al pasar las páginas es casi un diario personal donde se van turnando los momentos presentes (el miedo por la progresiva degeneración de su poder) con los pasados (el recuerdo del auge de ese poder y de cómo le ha impedido tener relaciones normales con su entorno). Y en ningún momento ha dejado de incomodarme mi condición de espía de su miseria interior. La clave del éxito del relato es el modo en el que Silverberg contrapone y equilibra a los dos Seligs, el que evidencia que su poder ha sido un lastre durante toda su vida con el que teme perderlo porque lo necesita como si fuera una droga.
Pero la sorpresa que esconde Muero por dentro es ver como la narración juega una y otra vez a romper la cuarta pared. No sólo por estar narrado en su mayor parte en una primera persona cuanto menos sospechosa: la sobreabundancia de referencias (echad un vistazo al escueto pero revelador artículo de la wikipedia) y la erudición del propio Selig me hacen sospechar, sin conocer previamente a Silverberg, que aquí hay mucho de autobiografía encubierta. La genialidad viene en determinados momentos rupturistas, como ver a Selig buscando respuesta a su condición en relatos de ciencia ficción que hacen que cuestione el poco realismo con el que su don ha sido tratado en la literatura fantástica. O, teniendo en cuenta que se gana la vida vendiendo trabajos a universitarios, el capítulo dedicado al análisis de El proceso y El castillo de Kafka, que parece no ser más que un comentario de texto de esos libros pero es tremendamente revelador. Momentos de exquisita metaliteratura en nuestro viaje por la mente del telepata.
Pues para ser incapaz de una reseña en condiciones ésta la has bordado.
ResponderEliminarSilverberg es uno de los grandes grandísimos de la cf, y Muero por dentro es una de sus obras cumbre (apunta El libro de los cráneos, Tiempo de cambios y La torre de cristal, creo que todos reeditados hace nada. Si tienes ganas de buscar, apunta también El hombre en el laberinto y Alas nocturnas. Y Espinas, debilidad personal de un tio sin criterio que igual conoces), y sí, un auténtico erudito que aparte de novelas y relatos se hinchó a escribir libros de ensayos sobre cualquier tema que se te ocurra. Y seguramente aciertas en ese punto autobiográfico que señalas: Silverberg sabe de su talento (no es un tio humilde), y está(ba) convencido de tener potencial para llegar a lectores fuera del guetto cf (ese que acostumbraba a tratar según qué temas con poco realismo...). No lo consiguió, y puede que por eso esta novela esté recorrida por el desencanto, la pérdida de la esperanza, no solo en llegar a ser reconocido como el gran escritor que es, también en que la cf se convirtiera en algo más maduro y trabajado, menos pulp (la novela es del setenta y poco, pleno intento de "revolución new wave" del género y época dorada de Silverberg).
Ains, paro que me lío. Te busco algunos relatos de este titán y te los envío en cuanto tenga un momento (y me acuerde...)
Apuntado queda para la biblioteca...
ResponderEliminarYo de Silverberg he leido un relato titulado "Pasajeros". Y me encantó. Eso sí, alegre no es que fuera.
Juanma Sincriterio: Sí señor, este es el comentario que estaba esperando. Estoy perdidísimo (y muy impresionado) con todo el trabajo de Silverberg, es increible la cantidad de relatos y novelas que tiene. Y ultimamente estoy muy selectivo con lo que leo y dejo de leer (ahora mismo estoy con A vuestros cuerpos disperos de Philip José Farmer) por eso quiero seleccionar, intentar seleccionar más bien, lo mejor que tenga Silverberg. Así que anoto cuidadosamente todo lo que me recomiendas, sobre todo Espinas ;)
ResponderEliminarNo me he adentrado mucho en averiguar qué hay de cierto en ese tono supuestamente autobiográfico pero por lo que comentas parece que no son imaginaciones mías...
¡Gracias mil! Vale la pena volver a la página tan sólo por comentarios como el tuyo.
Roski: ¿Lo leiste en algún tipo de recopilatorio? Tampoco puede decirse que sea muy alegre Muero por dentro... Si se puede extraer una conclusión es que todos en el fondo, si escarbamos dentro un poco dentro de nosotros mismos, somos unos miserables. Y ese es el tono que tiene toda la historia... (con decirte que quería leerme después de este algo de Pratchett para equilibrar un poco la balanza)
¡Un saludo!
Lo leí en "Obras maestras: la mejor ciencia ficción del siglo XX (Ediciones B)", una recopilación muy completa hecha por Orson Scott Card.
ResponderEliminarEs un libro muy recomendable. Y hay un par de relatos realmente impresionantes, sobretodo uno de George R. R. Martin titulado "Los reyes de la arena" con el que todavía tengo pesadillas.
"A vuestros cuerpos dispersos" es una obra fundamental. Muy divertida y original. Una aventura pura.
Saludos.
Diosmío... "Reyes de la Arena" está en la Sincritología!! (recomendable recopilación también). Yo también lo pasé fatal con ése...
ResponderEliminarLo dicho, para ser incapaz de una reseña me has sorprendido gratamente :P Éste lo vas a "perder" dentro de poco, sólo espera a que termine los cuentos de Philip K. Dick...
:*!
Roski: ¡Nuestro mormón favorito! Si me dices que ese recopilatorio está bien a lo mejor me hago con él (lo he intentado comprar unas cuantas veces pero al final se me cruzaba cualquier otro libro que pensaba que era mejor).
ResponderEliminarYa os contaré que tal "A vuestros cuerpos dispersos", regalo de cumpleaños de mi hermana (regalo suyo de reyes fue este Muero por dentro) que a lo mejor parece una lectura un tanto oportunista (hace poco que ha muerto el autor) pero que le vamos a hacer: el año pasado descubrí a David Foster Wallace de forma parecida...
Un saludo!
Saricchiella: Tengo que revisar esa Sincritología!
¡Oye, no alimentes mi ego que es lo que faltaba! Eso sí, voy a intentar acabar poco a poco con esa tontería de no recomendar libros porque no soy capaz de hacer un post en condiciones. Sólo con los comentarios y las recomendaciones que estoy teniendo en éste, vale la pena.
¡Ah! Haremos intercambio de libros, me temo :P
Este fue uno de los componentes de la última pila de libros rebajados que saque de Gigamesh. En breve me pondré con el.
ResponderEliminarPues a mi me pareció ligeramente sobrevalorado. Esta bien sin más. En cambio Silverberg ahonó más en la senda de la sci fi de personajes atormentados Con Espinas y con El Libro de los Cráneos, obras que para mi superan este muero por dentro (que quizá me llegó tarde, cuando había leido lo mejor y lo peor de este hombre)
ResponderEliminarDefinitivamente Espinas gana posiciones en mi pila de libros pendientes. Quizá a mí me haya llegado demasiado pronto, como toma de contacto de Silverberg.
ResponderEliminarYa os contaré.