11/10/09

Gonzo: The life and work of Hunter S. Thompson

¡Callaté puta! Y ni con esas. Todavía estoy tambaleándome del hostiazo que me ha soltó la realidad hace unos días. A mí. Recién levantado, bostezando, con las legañas encima, después de volver en un (menos infame que el de ida) tren nocturno desde Barcelona, del Festival de Sitges, como todos los años desde hace cinco. ¡Zas! 7 a.m. El zombie devorador de películas arrojado a la civilización justo a tiempo. Working Day. Lo más aterrador que he visto recientemente. Entended que por hoy tenéis que dejarme desvariar un poco. Tampoco me apetece apuntar con la escopeta a nadie: mirad el video que pondré trás el segundo párrafo. Sencillamente magistral. Es de 2008 pero no lo había visto. Si no os apetece leer (de hecho no me apetece mucho escribir a mí tampoco) le echáis un vistazo y a otra cosa (hay tanta serie nueva que ver...) Si os quedáis, prometo no castigaros con frases subrayadas de negro en medio del texto. Una plaga que combinada con Comic Sans podría abrir un agujero negro en la red. Como poco.

Mi experiencia del festival de este año, si por una vez cumplo lo que me propongo, deberá ocupar una serie de post destinados a conseguir acreditación el año que viene. He visto un puñado de cosas interesantes que me gustaría comentar por aquí. Además, tampoco tengo que esmerarme demasiado porque últimamente estoy leyendo a demasiado idiota acreditado (el "corresponsal" de cierto periódico iZquierdoso me ha sacado de mis casillas) y, entendedme, me quiero un poco más que eso. Necesito esa tarjeta de plástico con mi foto y no tener que utilizar mis (desgastadas) técnicas ninja para robar posters y pressbooks...


Podria decir que es curioso pero con los años se ha convertido en rutinario: para superar el bajón post-festival, tengo que meterme una sobredosis de las películas que quedaron pendientes del Sitges anterior. Para asentarme en este lado de la realidad de nuevo. Y ha sido Gonzo: The life and work of Hunter S. Thompson la que me ha sacado del bloqueo esta vez. Un consejo: no me leáis. O al menos no me toméis en serio. No es una falsa afirmación para quitar importancia a las cuatro tonterías que escribo, para parecer falsamente un tipo humilde o algo así. No, joder, soy un puto inculto y me preocupa cuando alcanza la vergüenza ajena. Se ahorca David Foster Wallace y ahí estoy yo, con cara de gilipollas, sin saber de que está hablando nadie. Luego resulta que me hago con Hablemos de langostas y tiene el artículo más desolador sobre lo miserable de la condición humana que he leído jamas (Gran hijo rojo). Nos dejaron Ballard, o Vonnegut, y no tuve nada que decir en el momento. Se me cae la cara de vergüenza ahora que estoy leyendo Matadero 5. No me deja tranquilo, cada vez que abro sus páginas me grita que qué coño he estado haciendo todo este tiempo en vez de haberlo leído. Una pesadilla. Y con Hunter S. Thompson se repitió la misma historia. Johnny Depp ayudando a lanzar desde un cañón sus cenizas y yo con ya sabéis que cara.


Lo peor de todo es que mi primer contacto con la figura de Hunter S. Thompson fue viendo Miedo y asco en las Vegas y es ahora cuando comprendo porqué no supe valorarla como se merecía. Afortunadamente Gonzo: The life and work of Hunter S. Thompson es un documental que está no sólo a la altura de las expectativas si no de la persona que le da nombre. Un retrato fascinante, casi hipnótico, que condensa todos los aspectos de la fragmentada personalidad de Hunter en un par de horas, y que funciona a partes iguales como homenaje póstumo y como legado. Sin olvidar en ningún momento que su brillantez no estaba exenta de cierta locura quizá el mayor defecto del documental sea que se construye, en su mayor parte, sobre testimonios demasiado halagüenos. En ese sentido sobrevuela la sensación de que asistimos a su funeral en directo: nadie va a ponerse a hablar mal del muerto.


Pero esa afirmación es injusta porque no estamos ante uno de esos tediosos e hiperpositivistas monumentos al ego estilo Biography Channel. Contraponiéndose al Hunter incisivo y mordaz, al genio de las letras, vislumbramos también los aspectos más oscuros y contradictorios del mito. Unas veces revolucionario, otras payaso de feria, es interesante subir a la montaña rusa de sus vivencias y pasar en el mismo momento de la admiración al desdén, sin que podamos discernir la línea que confunde persona y personaje. Que alguien tan relevante para el periodismo moderno, para la sociedad de una época, sea un drogadicto obsesionado con las armas, defensor y destructor a partes iguales del American way of life; es digno de estudio. Existe un punto de inflexión en el documental (quien sabe si también en su vida) en el que el cinismo y la ironía se abrazaron como nunca antes al circo mediático: cuando decide cargar contra el candidato demócrata “Ed” Muskie. Es impresionante ver a Hunter afilar las teclas de su máquina de escribir para poner en jaque al candidato en base a rumores y mentiras a los que el mismo iba dando forma, y que se tomaron como reales por parte de la prensa de la época (hay cosas que nunca cambian). Ese momento alineó al Hunter más infantil y bromista con el más comprometido y reaccionario. Y el resultado no dejó de ser lo que siempre ando buscando: una mezcla de escándalo y espectáculo. Es una pena que lo que vino después terminara sepultado por el exceso y el creciente peso de su propia fama. El icono pop aplastó al escritor. Justo lo que quiso y se propuso, convertirse en una estrella de rock.

La sensación final que queda es que cuando el sueño americano torna en pesadilla, produce entes como Hunter, un grano en el culo de las barras y las estrellas, tan incómodo como necesario. Un monstruo lleno de aristas y no por ello (o, precisamente, por ello) menos bello.

7 comentarios:

  1. "el "corresponsal" de cierto periódico iZquierdoso me ha sacado de mis casillas"

    Es que es una verguenza.

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  2. Bueno, por fin doy con tu blog. Te felicito por tu esmero. Y no te flageles tanto con lo de "inculto". Un servidor prefiere evitar al máximo la imposición de las lecturas o los visionados porque algo o alguien te está diciendo que toca. El momento llega cuando el cerebro está abierto a recibirlos. Si no, es una pérdida de tiempo.

    Me alegro que al final el tren de vuelta fuera mejor. Un abrazo desde Barcelona.

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  3. "Yo sólo dije que había rumores de que Muskie tomaba drogas...

    Y no mentí. Había rumores: los empecé yo"

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  4. Absence: Yo no digo nada pero es que... ¡Un placer conocerle en persona!

    Senyor Merdevalista: ¡Gracias por tu comentario! Espero poderte leer en condiciones porque... lo intento pero me atasco (algo te tendré que pedir que traduzcas, xD)

    Tengo que dejar el tema del flagelo, el problema es que últimamente estoy paranoico perdido con lo que leo y lo que dejo de leer. El tren infinitamente mejor, por cierto. No temí por mi vida en ningún momento.

    Un abrazo!

    Roski: ¡Una bellísima persona! ¡Un santo varón! (no sé si estoy hablando ahora de Hunter o de Muskie...)

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  5. ¡De nada, hombre! Valoro mucho tu esfuerzo. Si acaso un día incluso escribo en castellano. En todo caso, no te importe pedirme que te traduzca cosas. ¡Mal iríamos, si no!

    Ea, pues, ánimo. Ah, ¿ni siquiera retacos jugando a la PSP toda la noche? Bueno, ¡pero qué vuelta más aburrida!

    Otro abrazo y recuerdos.

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  6. Esta vez no tocaron retacos con PSP, no. Dejalo que luego me entran dudas morales del tipo... ¿Le pregunto a que está jugando o no...? Uy... los padres me miran raro... jijiji...

    Abrazos!

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  7. Peazo de película, pude verla en el In-Edit del año pasado.

    Y lea Transmetropolitan ya si le gustó!!

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