21/8/11

Miedo y asco con la JMJ. [Parte 1 de 5]


Entendiendo la JMJ como un evento POP de masas, pues como tal está organizado, como tal lo viven sus adeptos y así es como lo contemplo desde el exterior, Mundo Alocado tenía la intención de dar salida a una batería de post y enlaces ligeritos con algunas tonterías más o menos relacionadas. Con el propósito de quitar un poco de hierro al asunto y sin caer en ofensas de ningún tipo (pues bien sabido es por todos mis fieles que esta página es, ante todo, un reducto familiar) tenía preparadas cosas como: una selección con algunos grupos de Death Metal cristiano que me gustan, un breve repaso al concepto de Reggaeton Cristiano, un paseo por el Museo Creacionista de Kentucky e incluso la recuperación de aquel cómic con las aventuras bíblicas de Spider-Man. Lo que en los viejos tiempos venía a ser un especial, una demostración de que a esta página le gusta arañar la actualidad de vez en cuando. El problema es cuando la realidad te suelta un puñetazo en las narices y hace que se te quiten las ganas de todo.

Es entonces cuando me toca quitarme la nariz de payaso y ponerme asquerosamente serio.

Resumiendo mi posición personal con respecto a la JMJ, parafraseo a Javier Esteban en su última columna para Diatriba. Estoy convencido de que respeto a la Iglesia Católica y a los valores más de lo que la Iglesia Católica me respeta a mí y a mis valores. Estoy en contra de estas Jornadas, pero no del hecho de que miles de personas expresen libremente un credo que no comparto, algo que, y en esto sí que creo firmemente, pienso que es un derecho innegable. No pienso que el conjunto de peregrinos sean unos ignorantes ni unos fanáticos manipulados que encima vienen a imponerme sus ideas. Y lo más importante, algo en lo que pocos parecen caer, no los contemplo como una masa homogénea y uniforme. Son un conjunto inmenso de personas, cada una de ellas con sus motivos personales para creer en lo que les de la gana y para venir ahora a Madrid a celebrar su fe (o lo sea que hagan, mientras no invadan lo que entiendo como mi libertad personal me da igual). Personas, particulares, cada una de ellas. Este pensamiento parece muy peregrino (valga la redundancia) pero llevo toda la vida luchando por la distinción entre el individuo y el grupo, porque nunca he querido sentirme afiliado a ningún grupo en concreto y mucho menos me ha gustado que se me intente afiliar (ya sea por ideología, aficiones, etc). Perder el norte en la consideración de que cualquier colectivo está formado por individuos que, forzosamente, no pueden ser exacta e ideológicamente iguales al 100 % (aunque quizá en China… bah, dejadlo…) es el primer paso para identificar a la masa y así poder etiquetarla, clasificarla, señalarla y manipularla. No creo en la capacidad del género humano a la hora de juzgar un grupo e identificar sus partes por encima del todo.

Lo que realmente no me gusta un pelo de estas jornadas es que un contubernio de empresas privadas, las cuales dudo que comulguen en los valores que ahora esponsorizan (pero allá cada uno con sus problemas morales, en caso de tenerlos), organice el sarao para llenarse los bolsillos con la connivencia de una Comunidad de Madrid que muy suspicazmente vuelve a mostrarse miope a la hora de trazar una frontera entre lo público y lo privado. La jugada es redonda: cobras una pasta a los miles de peregrinos que vienen para darles una mochila potricosa con cuatro mierdas y unos descuentos raquíticos en las cadenas de restauración patrocinadoras… y del resto, transporte y alojamiento sobre todo, ya se encarga el erario público. Y a beneficiarse de exenciones de todo tipo, pues se ha clasificado el evento como “de excepcional interés” (sic) y Madrid bien vale una misa. Por mi parte ni veo las cuentas claras ni creo que las vea jamás. Mi problema además es que comprendo perfectamente las posturas enfrentadas, tanto la del peregrino que justifica que “ha pagado” su asistencia a estas jornadas como la mía propia, que cree que esto es un negocio muy bien montado a costa, en gran parte, de utilizar infraestructura pública (por cierto, el grito de “Esa mochila la he pagado yo” me parece una soberana gilipollez: precisamente pienso que la mochila, en sí, la han sobrepagado con creces).

Habiendo dejado claro que mi problema es con la carpa y no con el circo (no busquéis connotaciones) durante el resto de la semana voy a analizar una serie de cosas, siempre desde un punto de vista personal, que no me han hecho ni puta gracia.

[Continuará]

3 comentarios:

  1. Lo mejor de todo: la programación de las cadenas de extremo centro liberal.

    Los enviados especiales, las películas (¡Las sandalias del pescador!)... TO-DO (y eso que no veo TELEMADRID).

    Y ahí está la respuesta: el Papa estuvo en Valencia hace unos años. Y hace unos meses en Barcelona y Santiago. Y no hubo tanto revuelo, ni tanto seguimiento, ni tanta pesadez...

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  2. "Benedicto XVI prolonga su estancia en España indefinidamente" XDDD

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  3. Mucho postear y poco contestar, hacen de Forfy un tipo aburrido... Vamos allá:

    Roski: He huido de Telemadrid como de la peste...

    Lo de Valencia y Barcelona, según un JMJero al que consulté es que resulta que fueron convocatorias "menores" porque no eran Jornadas Mundiales de la Juventud... pero vamos que la pompa y el boato que se le ha dado al evento en cuestión aquí en la capital del reino...asqueroso.

    Así me ha dado por escribir un post más largo que un día sin pan... xD

    Abrazo!

    Kuroi Yume: La noticia es más rigurosa y está mejor escrita que las que estoy comentado! :P

    (por cierto, el otro día en mi trabajo una compañera me mando un enlace de El Mundo Today como real... TRUE STORY!)

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