
Descubrí
Monster High no hace mucho, un par de meses si no me falla la cabeza. Demasiado tarde en cualquier caso, sobre todo teniendo en cuenta que me paso los fines de semana trasteando toda la programación infantil y dibujos animados existentes en la TDT
[1]. La serie me llamó la atención enseguida gracias a su excelente diseño de producción (que no animación que me pareció un tanto "estática", como si estuviera hecha en Flash [
2]) y a una premisa de lo más simpática que pone bajo el mismo instituto a unas versiones femeninas, estilizadísimas y en plena edad del pavo de los más famosos monstruos clásicos.
Monster High no es más que otra vuelta de tuerca al concepto de serie-adolescente-de-instituto, pero lo que hace lo hace muy bien y el planteamiento tiene múltiples apuntes de interés. De esta manera las diferentes clases de monstruos también marcan su estatus social: los vampiros serían la élite de este universo y los hombres lobo, astutamente caracterizados como afroamericanos, la clase baja. Los demás tipos de monstruos deambulan por los pasillos con sus respectivos roles asignados (los zombies son los empollones, las momias las pijísimas de la muerte, etc) pero el núcleo de la trama es esa eterna lucha entre lobos y vampiros, que en esta nueva iteración cristaliza en la relación entre
Draculaura y
Clawd, los
Romeo y
Julieta monstruosos de este instituto. Nada nuevo bajo el sol como puede comprobarse, pero con mucha menos tontería e histerismo hormonal que en la saga
Crepúsculo [3]. Me encanta además gran parte de su mensaje, por ejemplo su tagline o grito promocional es
"Ser diferente mola", que aun siendo un reclamo estudiadamente engañoso (buscad alguna monstruita gordita o que no sea una fashion victim...), creo que no está de más hacer hincapie en ello.

Esta sería, a grandes rasgos, mi visión general de la serie. Una vez conocida la existencia de la misma descubrí que el mundo en el que vivo estaba inundado por toneladas de merchandising que había pasado desapercibido ante mis ojos. Cuadernos, carpetas, llaveros, revistas, cromos, colonias... y, por supuesto y por encima de todo, las consabidas muñecas. Las impresionantes y cuidadísimas con todo lujo de detalles muñecas de
Mattel. En la hipotética Carta a los Reyes Magos que no he escrito este año está una
Ghoulia Yelps que no van a traerme por pasarme de listo. Porque resulta que ha pasado tan desapercibido para mí este fenómeno que por primera vez en mucho tiempo me sorprendo con la oferta y demanda del mercado juguetero. Veréis, soy una persona que presume de estar al día con los gustos de los chavales. Presumo porque, como os he dicho, no soy más que un niño grande que se pasa el fin de semana comiendo cereales y viendo dibujos y algo se queda. Mi madre, que es profesora de primaria, suele pedirme consejo para ver que es lo que "esta pegando" y hasta ahora mi sabiduría y
expertise no habían fallado. Bien, pues esta vez me he caído con todo el equipo porque las muñecas
Monster High son, oficialmente, el juguete de estas navidades. Y eso no tendría que ser ningún problema pero es que su éxito ha sido TAN brutal que a día de hoy (desde hace una semana, más bien) es practicamente imposible conseguir ninguna muñeca. El tema es apasionante porque es un caso de economía básica llevado a la realidad, tal cual lo cuentan en los libros con sus gráficos de oferta y demanda. Mirad lo que ha pasado en estas últimas semanas (la información que doy ahora me la saco un poco de la manga y me faltaría cotejarla un poco más pero creo que las cosas serían más o menos así):
La oferta es tan escasa/inexistente y la demanda es tan alta que:
a) La distribuidora ha tenido que realizar pedidos al extranjero, puesto que en otros países las muñecas no tienen tanto tirón y aquí se han agotado (parece ser que España es el país del mundo que más demanda estas muñecas). En cualquier caso la distribución actual es muy escasa y muchas tiendas "racionan" el producto. Hay colas kilométricas, listas de espera, padres desesperados, madrugones tipo INEM, hostias, crispación y fluctuación de precios. La noticia ha saltado a los medios generalistas, ha adquirido el carácter de fenómeno social. Las tiendas pequeñas se quejan de que es practicamente imposible para ellas adquirir el producto y las grandes superficies y mayoristas juegan con esta situación. La publicidad de portada del díario
20 minutos de hoy incluía un anuncio de
Toys 'r' us en el que salen diversos juguetes, con las muñecas de marras en lugar destacado. Todos los juguetes tenían su precio menos, vaya casualidad, las muñecas. Casualmente he pasado hoy por un
Toys 'r' us y había una cola de padres con tickets en la mano, supongo que esperando al deseado producto, lo que me hace dudar de la disponibilidad real e inmediata del mismo.
b) La especulación se ha desatado. Echad un vistazo a
eBay o a
Segundamano y veréis lo que os digo. Si no me equivoco los precios iniciales de una muñeca básica oscilaban entre 20 ~ 30 €, y ahora pueden llegar a pagarse 100 € tranquilamente. Las propias tiendas dudo mucho que estén vendiéndolas al precio inicialmente establecido. Han surgido además unas muñecas spin-off cutrísimas llamadas
Wild Girlz con las que seguro que pica algún incauto y desata las iras de algún pequeño monstruo este próximo viernes. Se habla en algunos círculos de la revalorización de ciertas ediciones españolas de las muñecas que no van a reponerse y me juego el cuello a que un gran porcentaje de muñecas vendidas no va a salir de su caja... En definitiva, la experiencia que supone comprar una muñeca
Monster High en estos días transforma a un padre de familia o a tu abuela en poco menos que un coleccionista de
Magic The Gathering. Translada a lo mainstream a todo lo generalista y masivo que supone ser una muñeca exitosa en una campaña de navidad, conceptos más propios del comprador del
Previews como las ediciones limitadas, las pujas in extremis, el dumping de precios, la posible revalorización, la importación cómo única salida, la desesperación absoluta, el hijoputismo de muchos y, al final del camino, la cuenta del banco ardiendo.
Me he quedado sin muñeca pero que bonito, joder. Que bonito este choque de mundos y de mercantilismo a la desesperada.

Y si no puedes permitírtelo siempre te quedará Hamburladrón.[1] Actualmente la serie que me tiene encandilado es la maravillosa
Hora de Aventuras, que también la echan en
Boing. A ver si me animo y escribo algo de ella.
[2] Y efectivamente tiene su explicación.
Un vistazo a la Wikipedia y descubrimos el pastel, el enigma del huevo y la gallina tiene respuesta en
Monster High. Primero fue la línea de juguetes y después la serie, inicialmente realizada para la web.
[3] No obstante sería injusto negar que
Monster High debe gran parte de su éxito al auge de la saga
Crespúsculo. Al César lo que es del César, es la obra de
Stephanie Meyer la que ha puesto de moda las versiones de monstruos clásicos entre las adolescentes, aunque su vuelta de tuerca sean vampiros que brillan al sol u hombres lobo permanentemente descamisados. Un último apunte:
Monster High surge en 2007 como una línea de juguetes con un éxito razonable, pero no es hasta 2010 cuando empieza la serie de animación y se desata el fenómeno. No creo que sea casualidad que entre medias se situe la empalagosa historia de amor de
Bella y
Edward.