21/9/11

Terror estival


21 de septiembre, demos la bienvenida oficialmente al otoño. Ya tenemos carta blanca para dar rienda suelta a la depresión post-vacacional mientras nuestro entorno se tiñe de tonos ocres y el sol sale cada día un poco menos. Se acerca el invierno, que dirían los Stark, y quizá deberíamos abrazar la paranoia más loca: si 2012 no sobrevive al hype apocalíptico bien podríamos estar hablando del último otoño de nuestras vidas. Reid mientras los habitantes de Bugarach y un servidor contemplamos el fin de todas las cosas sentados al calor de la lumbre. Dentro del bunker la verdad es que no percibo mucho el cambio estacional pero he de decir que muy posiblemente esta sea mi estación favorita, me proporciona la cobertura necesaria para salir de casa lo menos posible y me encanta esa especie de melancolia que se respira en el ambiente.

De todos modos y para todos esos quejicosos y derrotistas que añoran el sol y la playa, os voy a dejar hoy un enlace. Porque es buen momento de tener un acceso masoquista y chequear todas esas fotos idiotas que nos hicimos en esas vacaciones que ahora quedan tan lejos. O no. Los hay que ahora reposan placidamente en sus casas y no quieren saber nada de la pesadilla en la que se convirtieron esos días destinados a ser los mejores del año. Decidme si no como definiríais experiencias como esta (copio literal):

“Sólo volveré en mis pesadillas!! Una basura!”

Voy a hablar directamente del hotel y de mi experiencia:

- Cuando yo fui, la zona de alrededores estaba en obras con lo cual era imposible llegar en coche hasta la puerta. Tuve que aparcar en una zona "bien decorada" por un edificio abandonado y lleno de grafitis y basura.
- Al entrar me piden los datos, y mientras gestionaban la reserva, echo una mirada alrededor: la recepción parece de un edificio ruso en época de guerra. Incluso tenían una pecera que de la suciedad apenas conseguía ver los peces... y no es broma!
- Voy a la habitación que me dieron y por el camino voy viendo: ramas de árboles, papeles, latas, etc. por todos los jardines... y lo más increíble: bolsas llenas de basura tiradas por los paseos. Justamente por fuera de mi apartamento había una llena de ropa vieja y demás cosas... a saber de quién era.
- Al entrar a la habitación: la cerradura estaba quemada.. sí, algún gracioso le había pegado fuego, pero más gracioso es que a los de mantenimiento les daba igual. Un azulejo completamente levantado al entrar. Por dentro tenía cucarachas, y lo que más gracia me hizo es que había un mueble con una de las puertas totalmente desencajada, la gracia es que nadie la intentó poner, me la dejaron allí por fuera, separada en un lado... tranquilos!! ya la pongo yo!. Aparte, la habitación apestaba a un olor que no puedo describir (atentos a este detalle para más adelante).
- Voy a recepción y pido que me la cambien, al preguntar por qué, explico todo lo anterior. La recepcionista accede a cambiarla y envía a lo que se puede llamar como el "encargado" a revisar la habitación. Éste vuelve y se pone a hablar con la recepcionista en inglés (intentando que ninguno de los clientes los entendiera) diciendo que no le pasaba nada al apartamento, que eran boberías y que únicamente tenía un azulejo suelto en la entrada. A lo que la recepcionista responde que sí, que seguramente no era nada (encima eso, llámame fino si quieres).
- Me dan otro apartamento. Al llegar, abro y había ropa y demás cosas de gente que se veía que ocupaban el apartamento... de milagro no los encontré dentro.
- Vuelvo a recepción, explico lo ocurrido, para descojono de una pareja que tenía una reserva también y que iba a entrar en ese momento. Me vuelven a cambiar (van 2).
- Finalmente, el último apartamento parecía que no estaba ocupado, pero seguía teniendo un olor extraño.
- Al salir del apartamento para ir a comprar, me encuentro a la pareja que estaba en recepción mientras yo hacía los cambios y me dice que se van, que allí no se quedaban ni de bromas, que el apartamento estaba roto y olía mal (vaya! parece que todos iguales). Ni si quiera iban a aceptar que les cambiaran de habitación.
- Más cosas: muchos de los apartamentos son en propiedad y vive gente, lo cual hace que tengan los apartamentos abiertos y armen mucho ruido. Por la noche me tocó un botellón de jóvenes bajo mi habitación (nadie de recepción fue a decirles nada). Alguna opinión habla de seguridad, yo no vi absolutamente a nadie por la noche. Tiene aparcamiento en la puerta, pero olvídate de aparcar, caben 4 coches (la recepcionista, el encargado y poco más). Tiene una tienda, que mejor no tener nada, entré y parecía un supermercado casero apunto de liquidar, una botella de refresco aquí y un paquete de judías en el otro extremo.
- Alguien habla de situación... eso es bien situado? si está en medio de nada y lejos de todo. Lo único que puedes ver allí es como otros complejos hoteleros están mejor que el tuyo.
Jamás volveré!! No lo recomiendo ni para un apuro, prefiero dormir en el coche, que por lo menos no pago ni aguanto malos olores.

Podéis encontrar mas lindezas de este tipo por aquí. Por ejemplo. Lo que os quiero decir es que no hay nada más animoso para sobrellevar estos días que echar un vistazo a todos esos comentarios de experiencias vacacionales desastrosas. Es muy fácil encontrarlos, entrad en cualquier página de reserva de hoteles y cribadlos por 1 o 2 estrellas, poned los precios más bajos y preparaos para disfrutar de un compendio de experiencias que pueden sustituir, en plan pobre, a cualquier compilación de relatos cortos de Stephen King. ¡Hacen que uno acepte de buen grado la tiranía del día a día en el trabajo!

Tengo especial debilidad por la gente despotricando de las cosas, que le vamos a hacer. Pero con todo esto poca broma. En la Sociedad de la Información la autenticidad tan sólo se muestra en su forma más pura en el descontento. Desconfiad de cualquier comentario optimista y animoso puesto que siempre nos plantea la sospecha de si quien lo firma no pretende hacer promoción más que otra cosa. Eso y la tendencia natural del españolito medio de no molestarse en agradecer pero sí en quejarse, nos deja auténticas joyitas a lo largo y ancho de la red. Si uno decide perder el tiempo como lo estoy haciendo yo ahora mismo las posibilidades de esta tendencia basura, de este escarbar en la miseria ajena (¿dónde estás Ana Rosa?) son infinitas porque cualquier tipo de producto o experiencia se presta al escarnio 2.0. Y si bien, evidentemente, uno no puede experar alta literatura en las argumentaciones del individuo-medio-cabreado, de vez en cuando se encuentran perlas entre todo el estiercol. Gente que es capaz de escribir sin dejar pulsada el BLOQ MAYUS, frases de más de una línea y con sentido, párrafos separados y coherentes, uso correcto de la ironía... Cuando uno encuentra una disertación quejosa de ese tipo dan ganas de enmarcarla. "NO HABRAIS EL GRIFO DE LA COCINA o deseareis dejar de existir" acabo de leer en una de ellas. Viva, amigos, viva.

P.d: Si queréis terminar de hundiros en la miseria podéis pasaros por aquí --> http://www.despair.com/viewall.html . Esto quizá merezca una entrada. Veremos.

P.d2: Quizá la excusa para este post haya sido la espectacular imagen promocional de Dead Island que lo adorna (venía al pelo). No os perdías la página de deviantART y el blog de su creador, Steph Stamb.

P.d3: Este post está dedicado a La mujer de cincuenta pies y su incansable afan de merodear por el lado más mugriento de la existencia. Gracias por el enlace (digo yo)

1 comentario:

  1. Es verdad, en ocasiones, me asusto yo misma de los sitios en los que considero meterme cuando voy de viaje (y en los que, muchas veces, desafortunadamente, termino). Pero luego recuerdo que soy la mujer de 50 pies de altura y que, todo lo que no me mata, me hace más fuerte (0,60!).

    Sin embargo, sitios mierdas hay en todas partes. Eso no lo puede evitar nadie; amigos, si vuestra estancia vacacional, a pesar de haber sobrepasado en cifras el PIB de China, es 2.000 peor que haberos quedado en casa y 20 veces más enervante que un jefazo que te ha hecho la vida imposible te diga que siente tu marcha de la oficina, pensad que, por lo menos, POR LO MENOS, alguien se echará unas risas a vuestra costa.

    Este ha sido el gran consejo de hoy.

    La mujer de 50 pies.

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