
Cualquier día es perfecto para (re)leer Fahrenheit 451, pero hagámoslo hoy y hagámoslo como a él le gustaba: en papel y no en e-book ni en cualquiera que sea la pantalla desde la que estés leyendo esto ahora mismo. En su última etapa vital, Bradbury perfilo cierto "sentimiento ludita" que, como el conjunto de su obra, no debería ser pasado por alto. Podemos decir sin temor a equivocarnos que Internet ha provocado que vivamos la época en la que más y mejor informados estamos pero la manera con la que se nos sobresatura imposibilita que podamos hacer algo con toda esa información. Es por eso que sus profecías/enseñanzas son más necesarias que nunca porque, tal y como dijo, hay crímenes peores que quemar libros. Uno de ellos es no leerlos. El otro, no entenderlos, no aplicar sus enseñanzas a nuestras vidas.
Descanse en paz, maestro y no deje de escribir nunca. Nos vemos en Marte.
"(...) Throughout his life, Bradbury liked to recount the story of meeting a carnival magician, Mr. Electrico, in 1932. At the end of his performance Electrico reached out to the twelve-year-old Bradbury, touched the boy with his sword, and commanded, Live forever! Bradbury later said, I decided that was the greatest idea I had ever heard. I started writing every day. I never stopped. (...)"
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